El Ayuntamiento de Soraluze aprueba proteger los elementos megalíticos descubiertos en Muskiritzu
En el pleno celebrado el pasado 7 de julio, todos los grupos políticos aprobaron por unanimidad otorgar un nivel básico de protección a los elementos megalíticos recién descubiertos en el cordal de Muskiritzu. “Este acuerdo sopone la modificación del catálogo de bienes culturales recogidos en el plan general de ordenación urbana de Soraluze al objeto de incluir los elementos megalíticos hallados recientemente”, detalla el alcalde, Iker Aldazabal. Aldazabal añade que “es un paso importante en la defensa del cordal de Muskiritzu que se encuentra amenazado”. En este sentido, el alcalde agradece “a las y los voluntarios que han participado en las excavaciones arqueológicas, así como al arqueólogo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi Jesús Tapia todo el trabajo realizado”.
Monumentos megalíticos funerarios y fuerte romano
Gracias a esta aprobación se protegerán los siguientes elementos de Soraluze: cistas de Gortazar y Otsoaldasora I y II y el fuerte romano. La cista, que en griego significa cofre o caja es un monumento megalítico funerario individual de pequeñas dimensiones. Básicamente está formada por cuatro piedras planas o lajas, colocadas verticalmente formando un rectángulo. Sobre ellas solía colocarse otra piedra horizontal a modo de tapa. En el interior se depositaban los seres difuntos, generalmente en posición fetal. Se han encontrado cistas en Europa y en Oriente Medio y en ocasiones es difícil determinar si un monumento es un dolmen pequeño o una cista. El criterio que suele seguirse en tales casos es el tamaño: generalmente se considera cista cuando su superficie no supera el metro cuadrado. Y es exactamente lo que ocurre en Gortazar y Otsoaldasora.
Las cistas aparecen la mayor parte de las veces asociadas a otras formaciones megalíticas, por ejemplo, en el centro de túmulos (lo que a veces origina discusión sobre si es dolmen o cista), en el centro de un crómlech (rodeando las cenizas mortuorias), en el interior de cuevas sepulcrales… En general, su conservación es mala, y suele faltar la tapa e incluso alguna de las losas laterales.
En el informe de Aranzadi se detalla que los resultados de esta intervención son “muy positivos” por diversas razones. En primer lugar, los nuevos descubrimientos contribuyen a rellenar un vacío sorprendente en la distribución de megalitos en la sierra de Elosua-Plazentzia. Por otra parte, los hallazgos permiten incrementar el patrimonio cultural de Soraluze y Elgoibar, y Gipuzkoa y de la CAV en general. Además, los nuevos monumentos hallados consisten en un tipo de estructuras funerarias (cistas y un pequeño túmulo) de difícil detección debido a su reducido tamaño, motivo por el cual resultan minoritarios y han sido poco estudiados en nuestro territorio. Y, por último, el hallazgo de nuevos materiales en superficie confirma la frecuentación de esta sierra con fines tanto cotidianos como funerarios durante la Prehistoria Reciente, y el análisis de su distribución permite plantear rutas de tránsito, potenciales zonas de hábitat, o la posible localización de nuevos monumentos.
Declaración como Bien Cultural y ampliación del área
En vista de los resultados obtenidos, las perspectivas apuntan a que el número de efectivos que componen el conjunto funerario de Elosua-Plazentzia es todavía mayor, y a que parte de los monumentos no han sido localizados aún debido a problemas de visibilidad y a la falta de prospecciones sistemáticas. Aunque algunas de las estructuras ya eran parcialmente visibles sobre el terreno, su verificación como sepulturas prehistóricas sólo ha sido posible tras realizar catas arqueológicas para identificar con claridad sus elementos constructivos y recuperar materiales arqueológicos asociados. Otras de las estructuras, en cambio, apenas eran apreciables dependiendo de la perspectiva visual, de la presencia de vegetación, por ejemplo. Tanto la distribución de los monumentos funerarios, organizada en cordales, como su frecuente asociación a hallazgos de restos dispersos en superficie, fueron los argumentos que inspiraron la calificación de los megalitos por conjuntos o Estaciones Megalíticas, y justificaron la delimitación de un perímetro de protección común (Área 3, de protección básica) para cada una de ellas.
El Decreto 137/2003, que califica como Bien Cultural (Conjunto Monumental) las Estaciones Megalíticas de Gipuzkoa, asume además que la protección y el disfrute de este patrimonio cultural están estrechamente vinculados al paisaje y al medio físico en que se engloban, y que este también debe ser protegido. Por estas razones, Aranzadi recomienda tanto a las administraciones locales, provincial y autónoma que adopten las siguientes medidas de protección en función de sus competencias: declaración como Bien Cultural de los nuevos monumentos localizados: cistas de Otsoaldasoro I y II, cista de Gortazar y túmulo de Otsoaldasoro III y la ampliación del Área de Protección Básica (Área 3) que delimita la Estación Megalítica de Elosua-Plazentzia hasta incluir la cima Karakate-Kortazar-Muneta. El informe completo de Aranzadi se puede consultar AQUÍ