Día Internacional de la Mujer
El Ayuntamiento de Soraluze, este 8 de marzo, manifiesta una vez más su compromiso con las mujeres, con la defensa de sus derechos y con las políticas de igualdad como instrumento imprescindible para avanzar hacia una sociedad más justa en la toma de decisiones y en la presencia real, efectiva y equilibrada de mujeres en todos los ámbitos de la vida y la sociedad.
Aunque en las últimas décadas se han dado avances en materia de igualdad, la realidad es que aún queda camino por recorrer para poder alcanzar la igualdad real. Son muchos los ámbitos en los que las mujeres aún no hemos alcanzado la igualdad ni la presencia necesaria para ser reconocidas y también queda mucho por hacer para que los hombres asuman las cuotas de responsabilidad en los cuidados y en las responsabilidades de la vida privada que les corresponden.
No puede haber una sociedad verdaderamente democrática si no somos capaces de eliminar los comportamientos y actitudes machistas que atentan contra más de la mitad de la población. Y ese machismo, fruto del patriarcado más rancio y más perjudicial para las mujeres, se extiende en todos los ámbitos, desde el familiar, social y laboral hasta la más cruel de las manifestaciones como es la violencia que se ejerce hacia las mujeres. Una sociedad libre de machismo debe ser nuestro objetivo.
Este 8 de marzo, el movimiento feminista, fruto de la reflexión realizada ante la pregunta “¿Qué pasa si las mujeres no cuidan, no consumen, no trabajan y no participan?”, ha convocado una huelga internacional de mujeres bajo el lema de “Emakumeok Planto. Nosotras paramos”. La huelga tiene por objeto visibilizar el impacto que tiene en nuestra sociedad el trabajo de las mujeres y exigir que este sea reconocido. Porque:
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Nuestra identidad es múltiple, somos diversas. Vivimos en el entorno rural y en el entorno urbano, trabajamos en el ámbito laboral y en el de los cuidados. Somos payas, gitanas, migradas y racializadas. Nuestras edades son todas y nos sabemos lesbianas, trans, bisexuales, inter, queer, hetero… Somos las que no están: somos las asesinadas, somos TODAS.
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El bienestar de nuestra sociedad no sería posible sin la realización de actividades imprescindibles para la sostenibilidad de la vida como el cuidado de las personas (niñas y niños, mayores y personas dependientes…) o el mantenimiento de las tareas del hogar. Estas labores, mayoritariamente no remuneradas, recaen principalmente en las mujeres. Sin nuestra contribución la sociedad se pararía.
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Gran parte del trabajo de las mujeres está invisibilizado y no se contabiliza lo que implica no solo que se subestime el valor de los bienes y la riqueza producida en los hogares sino que, además se nieguen e invisibilicen las horas y la contribución económica que suponen estas labores realizadas mayoriariamente por mujeres.
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Si tenemos en cuenta las horas dedicadas dentro y fuera del mercado de trabajo, las mujeres asumimos en nuestra sociedad el 56 % del mismo, pero realizamos el 74% del trabajo no remunerado. Además, muchos de los trabajos feminizados, ocupados principalmente por mujeres, forman parte del empleo precarizado o incluso de la economía sumergida en el mercado laboral.
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No se trata únicamente de las tareas que realizamos, sino que como consecuencia del tiempo que dedicamos al cuidado y a las tareas del hogar, los hombres disponen de más tiempo que emplean en el desarrollo de su carrera profesional y laboral, o de cualquier actividad social o de ocio a la que las mujeres tenemos grandes dificultades de acceso.
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Este uso diferencial del tiempo constituye un importante freno para el avance en el objetivo de la igualdad traduciéndose en la perpetuación de los estereotipos sobre hombres y mujeres y en un obstáculo estructural para conciliar las diferentes responsabilidades atribuidas por género, entre otras consecuencias.
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Resulta imprescindible reconocer socialmente los cuidados como condición indispensable para la sostenibilidad de la vida, apoyar una nueva organización social de los cuidados que redistribuya su provisión, impulsar la corresponsabilidad de los hombres, hacer visible la pérdida de talento de las mujeres en espacios de decisión y poder que provoca este modelo de organización social, alinear la cultura organizativa y empresarial con la igualdad y fortalecer los servicios públicos que favorezcan la conciliación entre vida laboral y personal.
Por todo ello, el Ayuntamiento de Soraluze, siendo consciente de esta situación, reivindica:
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El derecho de TODAS las mujeres a vivir una vida libre de todo tipo de violencias y a que se reconozca su derecho a decidir sobre sus cuerpos, su sexualidad y su identidad.
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La adopción de medidas orientadas a que la situación laboral de las mujeres les permita desarrollar un proyecto vital con dignidad y autonomía; y que el empleo se adapte a las necesidades de la vida: el embarazo o los cuidados no pueden ser objeto de despido ni de marginación laboral, ni deben menoscabar nuestras expectativas personales ni profesionales.
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El impulso de normas para acabar con la brecha salarial, que junto a la precariedad y la temporalidad, conforman la columna vertebral de la desigualdad laboral que sufren las mujeres.
Se compromete a:
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Desarrollar programas de sensibilización y formación dirigidos a fomentar la corresponsabilidad de los hombres en las tareas de cuidado y mantenimiento del hogar, así como a compartir los espacios de decisión con las mujeres.
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Contribuir en el ámbito de su competencia al desarrollo y consolidación de recursos y servicios públicos para apoyar el cuidado y promover la articulación de estrategias comunitarias para la corresponsabilidad social en los cuidados.
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Desarrollar las políticas municipales con perspectiva de género.
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Incidir en la trasmisión de valores para promover cambios culturales hacia una sociedad igualitaria.
Y, por último, llama a la ciudadanía a participar de manera activa en los diferentes actos y acciones que se organicen y convoquen con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujeres.